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Camacho y Camacha: Jerga en las Escuelas de Formación de la Policía Nacional del Perú

En las escuelas de formación de la Policía Nacional del Perú, tanto para suboficiales como para oficiales, existe una jerga muy particular que refleja la convivencia en los módulos compartidos. Los términos "Camacho" y "Camacha" se usan coloquialmente para referirse a los compañeros y compañeras de módulo de cama, respectivamente, adaptando una expresión que originalmente proviene del contexto penitenciario.

En la Policía Nacional del Perú (PNP), las escuelas de formación, tanto de suboficiales como de oficiales, son un espacio clave para la enseñanza de valores, disciplina, y conocimientos fundamentales para quienes aspiran a formar parte de esta institución. Sin embargo, también son escenarios donde surgen expresiones y costumbres propias de la vida en comunidad. Entre estas expresiones destaca la jerga "Camacho" y "Camacha," que hacen referencia a los compañeros o compañeras de módulo de cama, respectivamente.


Origen de los términos


El término "Camacho" tiene su origen en las penitenciarías, donde los presos lo utilizaban para referirse a sus compañeros de celda. Con el tiempo, esta palabra fue adoptada en otros contextos de convivencia en espacios reducidos, como las escuelas de formación policial. En el caso de los módulos compartidos exclusivamente por mujeres, se utiliza la variante femenina "Camacha," adaptando el término al contexto femenino.


Significado en las escuelas PNP


En las escuelas de formación de la PNP, los aspirantes comparten dormitorios divididos en módulos de dos o más camas. Este sistema de convivencia fomenta la disciplina, el trabajo en equipo y el respeto mutuo, pero también crea una dinámica particular en la que los compañeros de módulo suelen desarrollar vínculos más cercanos. En este contexto, "Camacho" o "Camacha" no solo describe la relación de proximidad física, sino también una camaradería especial entre los aspirantes que comparten el mismo espacio.


Diferencias entre varones y mujeres


En las escuelas donde los módulos son exclusivamente masculinos, como en ciertas promociones de suboficiales u oficiales, el término "Camacho" se usa de manera general. Por otro lado, en las escuelas mixtas o exclusivamente femeninas, "Camacha" es el término empleado para mantener la diferenciación de género.


Este uso lingüístico no solo refleja las dinámicas internas de convivencia, sino también cómo los grupos adaptan el lenguaje a su contexto. En un ambiente tan disciplinado como el de la PNP, estas expresiones no interfieren con las reglas, sino que refuerzan la identidad grupal de los aspirantes.


Reflexión sobre la convivencia y el lenguaje


La adopción de estas expresiones en las escuelas de formación de la PNP pone de manifiesto cómo el lenguaje evoluciona y se adapta a las necesidades del grupo. En un entorno donde la disciplina y la jerarquía son fundamentales, términos como "Camacho" y "Camacha" humanizan la convivencia, recordando que, más allá del uniforme, quienes integran estas escuelas son personas que aprenden a vivir y trabajar en comunidad.


Además, estas expresiones reflejan un vínculo cultural entre diferentes contextos sociales, como las penitenciarías y las instituciones de formación policial. Este fenómeno es una muestra de cómo las tradiciones y costumbres trascienden las barreras institucionales y se incorporan en nuevos espacios, adaptándose a las necesidades y realidades de sus usuarios.


En conclusión, el uso de "Camacho" y "Camacha" en las escuelas de la PNP es un ejemplo de cómo el lenguaje se convierte en un espejo de la vida en comunidad, ayudando a fortalecer la camaradería y el sentido de pertenencia entre quienes se preparan para servir al país.




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